Bienal de Arte Contemporáneo de Salerno, ya está el presidente del jurado: será el maestro internacional Lorenzo Chinnici
En el panorama del arte contemporáneo, la Bienal de Arte Contemporáneo de Salerno se configura como un territorio de experimentación estética y de encuentro cultural, un espacio donde los lenguajes artísticos se estratifican y dialogan más allá de las fronteras geográficas. Y así, la designación del maestro Lorenzo Chinnici como presidente del jurado de la 6ª edición representa no solo un reconocimiento a su extraordinaria trayectoria artística, sino la apertura de una nueva fase de proyecto que interroga el propio sentido del arte en la contemporaneidad. Esta designación se inscribe en una visión más amplia orquestada por el organizador y curador, el artista de renombre internacional Giuseppe Gorga, y respaldada por el compromiso transnacional de Jorge Enrique Londoño Ramírez, creando un ecosistema cultural en el que el arte se convierte en vehículo de comprensión mutua y transformación social.
La BACS —que se celebrará del 18 de octubre al 2 de noviembre de 2025— se transforma así de evento expositivo en laboratorio de investigación, un lugar en el que la experiencia estética se configura como un recorrido de conocimiento colectivo, donde cada obra se convierte en testimonio de una sensibilidad que trasciende las pertenencias nacionales para explorar las profundidades de lo humano
¿Quién es Lorenzo Chinnici, nuevo presidente del jurado de la BACS?
El maestro Chinnici trae consigo un bagaje de experiencias extraordinarias: su visión artística se distingue por esa capacidad de penetrar más allá de la superficie de las formas para alcanzar los núcleos semánticos profundos que conectan la obra con la condición existencial contemporánea. Hijo de Sicilia, se ha convertido en su padre, protector y conservador de tradiciones y raíces sólidas. En Chinnici revive Guttuso y toda esa traducción orientada al realismo y a la veracidad. Los rostros y las figuras que pueblan sus obras son un himno a la condición humana. No se trata, de hecho, de héroes mitológicos ni de personajes idealizados, sino de hombres y mujeres comunes, “fotografiados” en la lucha por la supervivencia o captados en la simplicidad de un gesto cotidiano. Y, sin embargo, a través de su maestría en el trazo y su sensibilidad cromática, Chinnici logra transformar estos momentos de cotidianidad en episodios de profunda universalidad.

Al asumir la presidencia del jurado, Chinnici se convierte en intérprete de una sensibilidad estética que busca en la creación artística una forma de resistencia a la banalización cultural. Su presencia garantiza que la Bienal conserve esa tensión crítica necesaria para distinguir entre mera decoración y auténtica búsqueda expresiva, entre conformismo estilístico y genuina innovación lingüística.
AQUÍ NUESTRO ENFOQUE, EN ITALIANO, SOBRE LORENZO CHINNICI

“IA vs IA” en el centro de la Bienal de Arte Contemporáneo de Salerno
En el corazón de la 6ª edición de la BACS palpita una cuestión que trasciende los límites de la estética para configurarse como una interrogación antropológica fundamental: “IA vs IA”, es decir, el enfrentamiento entre la inteligencia artística y la inteligencia artificial. Esta temática no representa simplemente un recurso curatorial, sino la articulación de un conflicto que define nuestra época: la tensión entre la creatividad humana como expresión de la irreductible singularidad existencial y el surgimiento de una forma de inteligencia tecnológica que simula, replica y a veces supera las capacidades cognitivas humanas.
La inteligencia artística se manifiesta como esa facultad irrenunciablemente humana de transformar la experiencia en lenguaje, el dolor en belleza, lo incomprensible en forma. Es la inteligencia que sabe leer lo fragmentario como totalidad, que intuye en las coincidencias significados profundos, que convierte lo accidental en necesario a través del acto creativo. La inteligencia artificial, en cambio, se presenta como el producto de una racionalidad algorítmica que sobresale en la elaboración de datos, la reproducción de patrones, la generación de formas que imitan la creatividad humana sin poseer su origen existencial. Es una inteligencia capaz de producir obras de sorprendente calidad estética, pero que carece de aquella dimensión trágica que es el origen de toda creación artística auténtica: la consciencia de la finitud, la experiencia del límite, la necesidad de dar forma al caos de la existencia.

El enfrentamiento propuesto por la Bienal se configura como un diálogo filosófico entre dos modos de entender la inteligencia y, por lo tanto, la creación. Cada obra pasa a ser testimonio de una resistencia: la resistencia de la singularidad frente a la homologación, de la intuición frente al cálculo, de la experiencia vivida frente a la simulación. No se trata de el hombre contra la máquina, sino de la reivindicación de la irreplicabilidad de la humanidad
La visión de Giuseppe Gorga y el apoyo desde América de Jorge Londoño
La arquitectura conceptual de la 6ª edición de la BACS revela la complejidad de una visión que Giuseppe Gorga ha construido a lo largo del tiempo (gracias también a la mirada y al trabajo, en las primeras cuatro ediciones, de Olga Marciano, cofundadora de la BACS), transformando Salerno en un cruce cultural donde se encuentran sensibilidades artísticas diversas. Gorga concibe la Bienal como un dispositivo de diálogo intercultural, un espacio donde el arte se convierte en lenguaje universal capaz de superar las barreras lingüísticas y geográficas.
La colaboración con Jorge Londoño Enrique Ramírez, presidente de la asociación Expolatina, representa un salto cualitativo en la misma concepción del evento. Londoño trae consigo no solo la riqueza del arte latinoamericano contemporáneo, sino una metodología de trabajo que concibe el arte como herramienta de comprensión mutua entre culturas. Su presencia asegura que cientos de artistas latinoamericanos encuentren en Salerno un territorio de encuentro y confrontación, un hogar, en definitiva, como afirmaba el ecléctico ex presidente del jurado Luis Gramet.
Esta asociación transcontinental refleja una profunda consciencia: el arte contemporáneo ya no puede pensarse en términos regionales o nacionales, sino que requiere una perspectiva global que sepa valorar las especificidades locales sin caer en el particularismo. América Latina, con su tradición de arte socialmente comprometido y formalmente innovador, aporta a la Bienal salernitana una sensibilidad que puede enriquecer el panorama artístico europeo.
Esta edición de la BACS se configura como una forma de diplomacia cultural, una manera de construir puentes a través del arte allí donde la política a menudo fracasa. La Bienal se convierte así no solo en una celebración del arte, sino en una afirmación de un mundo posible, donde las diferencias culturales se transforman en riqueza compartida en lugar de motivo de conflicto.
AQUÍ LA PÁGINA OFICIAL DE LA BACS
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